Ingredientes para 2 personas:
- 1 pechuga de pollo deshuesada
- 200 gr. de champiñones frescos
- 200 gr. de pasta fresca rellena de queso y espinacas
- ketchup
- brandy
- ajo y perejil
- aceite, sal y pimienta
En primer lugar pasaremos los champiñones por un chorro de agua para quitar la tierra que puedan traer, los partiremos en cuatro, y los dejaremos sobre un plato con papel de cocina para que absorba el agua. Cortaremos también la pechuga en dados o en tiras y la salpimentamos.
En un cazo pondremos agua a hervir, y echaremos la pasta con un chorrito de aceite y sal. Una vez hecha, la reservaremos.
En una cazuela de barro, echaremos unas gotas de aceite, y pondremos a rehogar los champiñones junto con ajo y perejil picado. El barro ayudará a absorber el agua que vayan soltando los champiñones. Cuando comiencen a estar doraditos, se le puede añadir un dedo de brandy. Se retiran los champiñones cuando estén hechos.
En la misma cazuela de los champiñones, pondremos el pollo añadiendo una cucharada de aceite si no ha quedado nada de líquido. Una vez dorado, se le añade una cucharilla pequeña de ketchup y se remueve durante 2 ó 3 minutos.

Por último, pasaremos por una sartén la pasta para que nos quede un poco crujiente y tostadita. Se añade al final los champiñones y el pollo, para mezclar todos los ingredientes.
Finalmente presentaremos el conjunto en los platos, añadiendo alguna mezcla de ensalada, o sirviendo con alguna salsa. En unos minutos se puede preparar una salsa echando un vaso de caldo de pollo en la sartén que hemos utilizado al final, hirviéndolo para que vaya reduciéndose. Le añadiremos una cucharada de café de harina disuelta en dos dedos de agua que le ayudará a espesar. Se da vueltas en la sartén mientras se cocina, y se sirve una vez que alcance la textura deseada.